sábado, 13 de enero de 2007

Volver

Abandonado en la mesa contemplaba la monotonía de los días. Yacía a la espera del deseado contacto humano. El frío roce de la madera añoraba la piel tibia y gratificante de la mano acogedora. Hacía por lo menos una semana que mi cuerpo y mi mente habían dejado de recorrer los caminos del papel. Mientras, recordaba antiguos paseos en los que me sentía como si fuera ayudante de un pintor de sentimientos y dudas. Mi humilde aportación podría ponerle en contacto con sus amig@s y con sus sueños. Eso me gratificaba y hacía sentirme bien conmigo mismo. Pero había momentos de impaciencia y de añoranza.




De pronto, tras la hermética puerta, el deseo hizo correr la tinta por mis venas.




11 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué poquito nos corre ya la tinta por las venas! Ahora nos corren más bien los bits o los bites o como se llamen. Yo soy una nostálgica y de vez en cuando todavía me gusta dejarme poseer por la tinta.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Encantador relato. Me ha gustado mucho tu blog. Gracias por tus comentarios.
Un saludo

Chalá perdía dijo...

idea, idea, idea!!! donde se esconden las ideas tan buenas que no las encuentro (envidiosa).

marmota dijo...

Cuanta personalidad tiene esta estilográfica ... precioso .
Saludos.

Blog de alma dijo...

"pintor de sentimientos"....eso es poesía en estado puro ;)

Recomenzar dijo...

correr la tinta por la venas..tremendamente poético...yo dejo correr chocolate caliente...aunque a veces engordo de tanto que como...
soleil

ferfo dijo...

Qué suerte tiene el boli o el teclado de tenerte para ser manejado. Y nosotros de que os llevéis tan bien.

Besotes

ybris dijo...

De pequeño me hacía ilusión preparar la infame tinta que distribuíamos en los pocillos de los pupitres de aquellos finales de los cuarenta cuando la estilográfica era un lujo inalcanzable y el bolígrafo sencillamento no existía.
Pero siempre perdurará la tinta que el deseo hace correr por nuestras venas tras la puerta.

Aunque sea por paquetes de bits.

Un abrazo.

libertad dijo...

...Ayudante de un pintor de sentimientos y dudas...voy a volver a utilizar la pluma o el bolígrafo, eso siempre me dio libertad, y ahora ando un poco anclada y recluida en caso. Buena idea. Gracias, amigo.
Un beso

Angél M. Diaz Vieco dijo...

siguiendo la huella que fueron dejando las oxidadas erraduras de Rocinante y de Rucio he llegado hasta este rincón. Yo tambien pertenezco a esa mancha por la que un loco encantador, batallo contra enormes gigantes, haciendo de su vida toda una aventura. Dicen que no existio tal personaje, cosa que no es cierto, hay muchos locos como lo fue él, mas de los que imaginamos. Algunos intentamos enfrentarnos a nuestros propios gigantes, a nuestros propios miedos .Un beso de una manchega mas....

Lágrima del Guadiana dijo...

Conozco la impaciencia, conozco esa añoranza, conozco ese deseo de verterse uno, roce a roce, verso a verso, paso a paso...

Pero no te preocupes si pasa el tiempo y crece la llamada del papel...para escribir hay que vivir. Todos esos paseos por el día a día acabarán teniendo contornos de tinta en el recuerdo...

Un abrazo