viernes, 10 de noviembre de 2006

El alfatercio

Veredes vuestras señorías cosas insólitas y acaeceres extraños como los que aquí os narramos, seres muy especiales que encontramos en nuestros viajes por aquestas tierras, como nuestro querido amigo el alfatercio.

El alfatercio es como un niño, pero sin alas. Es como una marioneta, pero sin hilos. Es como un coche, pero sin ruedas. Es mullidito y redondo. Tiene el cuerpo hecho de un material parecido al de los sueños y sus ojos son del color del diamante. Tiene dos corazones, uno para los días de diario y otro para los días de fiesta.

Vive en un bosque muy lejano donde viven seres maravillosos, como las hadas, los duendes, los magos, los príncipes, las princesas y hasta un unicornio azul. Allí viven ayudándose y celebrando fiestas continuamente.

Trabaja contando cuentos a los niños y a las niñas que no tienen zapatos, por que dice que necesitan algo para andar por los caminos.

Le gusta mucho viajar por los ojos de las personas y se resfría cuando ve a una criatura llorar.

Disfruta haciendo castillos en el aire con almenas de chocolate y dragones risueños.

No le gusta que le digan lo que tiene que hacer. (Como a cualquier persona.)

Cuando ríe, el sol viene a visitarlo y se van a dar un paseo. Cuando está triste, los pájaros juegan con él al ajedrez.

Se equivoca muchas veces cuando va por la ciudad. Se confunde con las calles y siempre llega a otro lugar distinto del que iba, pero sabe que todos los caminos conducen a Roma. Y que se aprende de los errores.

Sabe muchas cositas: Hacer círculos cuadrados, pescar resfriados, saltar los charcos, pintar canciones. Y también sabe que necesita leer y estudiar mucho, porque uno no termina nunca de aprender en toda su vida.

Le gusta mucho tener amigos y amigas. Disfruta con ellos y les está muy agradecido, porque dice que son imprescindibles para saber quienes somos, para despertar en nosotros los sentimientos más grandes, para jugar con ellos cuando estamos contentos, para ayudarnos cuando estamos tristes y para crecer como personas. Dice que los necesita para seguir viviendo y que todas las personas deberían tener por lo menos un amigo o una amiga.

Escribe cartas con tinta invisible, porque lo esencial es invisible a los ojos.

Baila danzas que le enseñaron en el País de los Pasos Perdidos.

Y sobre todo, le gusta dar y recibir besos y abrazos porque una vez leyó en un libro lo siguiente: “SIN AFECTO, NI SE CRECE NI SE APRENDE”.

2 comentarios:

ferfo dijo...

Gracias, Sancho amigo. Tengo el honor de ser el primer escribiente dando fe de tus cuitas. Que los caminos te sean propicios y, como un
alfatercio cualquiera, mimado por hadas, deseo que sigas llenando de palabras las tierras manchegas y cualquier otro pago donde arribaras, que por cierto, no sé que sendas te habrán traído a mi posada, y que sepas que eres bien recibido con fanfarrias y presentes de gratitud.
El amigo Foster era uno de mis candidatos al tema referido, con toda su belleza, pero se resiste a darse a conocer. Seguiremos buscando, ya que en ello nos va el destino.
Un fuerte abrazo

Chalá perdía dijo...

Me ha encantado el alfatercio, una de las historias más imaginativas y curiosas que he leído. Enhorabuena, me uno a tu club y te enlazo para arroparte y darte más compartir.